lunes, 13 de mayo de 2013

Nibali toma ventaja tras el primer asalto por la 'maglia' rosa

Yago Arauz 

El Giro de Italia llega a su primera jornada de descanso con Vincenzo Nibali como líder, algo que, a priori, parecía improbable al inicio de la carrera. La razón es simple: el coraje ha podido con la ciencia, al menos de momento. Bradley Wiggins se ha visto sorprendido por las numerosas trampas que ha incluido la organización, y ha mostrado sus flaquezas ante el ímpetu de corredores más correosos. 

Las etapas de media montaña han sido un calvario para Wiggo. Las carreteras estrechas y sinuosas, unidas a las inclemencias meteorológicas han impedido al británico y al propio Sky dominar la carrera. Wiggins se ha quedado en todas las bajadas, y lo que empezó siendo una pérdida de 17 segundos en la cuarta etapa, acabó convirtiéndose en una desventaja de casi minuto y medio el séptimo día. Por no hablar del minuto que perdió en la primera parte de la contrarreloj –la más técnica– con respecto a sus rivales, o la persecución a que se vio obligado el equipo científico en la jornada de ayer. 

Con todo, la ventaja de Nibali con respecto a Wiggins es de 1’16’’, algo que el siciliano habría firmado en la salida con los ojos vendados. También es considerable el 1’24’’ que tiene de margen con Michele Scarponi. Aunque en este caso se debe al infortunio del corredor de Lampre, que perdió 44 segundos extra en una caída. El de Ancona, sin embargo, hizo una crono espléndida dadas sus características, y mantiene sus opciones intactas para la alta montaña. Es el mejor escalador y está muy fuerte, quizá su edad –cumple los 34 en septiembre– sea el mayor hándicap con el que se pueda tropezar. 

En cuanto al resto de rivales, Cadel Evans, como era de esperar, ha estado delante en todas las etapas. Va segundo en la general, a menos de medio minuto de Nibali, pero el australiano lo va a tener muy complicado a partir de mañana, con la llegada de los grandes puertos. Las cimas italianas ya se le han atragantado en el pasado, y nada indica que sus 36 años la cosa vaya a cambiar. 

Otro que se mantiene al acecho es Robert Gesink. El holandés quiere evitar colgarse la etiqueta de eterna promesa que algunos ya le colocan. Está haciendo una carrera muy seria, como todo su equipo, que no teme coger las riendas del pelotón si las circunstancias lo requieren. Será la montaña quien le ponga en su lugar. 

Antes parece haber caído el campeón del año pasado, Ryder Hesjedal. Pese a haber sido uno de los grandes dinamizadores en las primeras jornadas, ayer se quedó en un puerto de tercera, y prácticamente ha dilapidado sus opciones para esta edición. Ojalá se tratara de un mal día y el gigantón canadiense pueda recuperarse, al menos, para seguir ofreciendo el fabuloso espectáculo con que ha sido partícipe de este Giro. 

Expectante se encuentra también Samuel Sánchez. Tras una mala contrarreloj que le ha relegado a casi cuatro minutos en la general, el asturiano se ha visto en cabeza y todavía tendrá margen para luchar por el top-5 o incluso el podio. 

Entre los corredores tapados destaca Mauro Santambrogio, un menudo escalador que se sitúa en séptima posición en la general. El corredor del Vini Fantini ya fue segundo en Trentino y está yendo en cabeza en todas las etapas. También habrá que tener en cuenta a Carlos Betancur, no para la general, pero sí para la victoria en las sucesivas etapas de montaña. 

En otro sentido, es una lástima que el Sky haya puesto techo a sus dos colombianos, especialmente a Sergio Henao. Vale que Wiggins partía como gran favorito desde el principio, pero su particular torpeza bajo la lluvia la han pagado Urán y Henao. De no haberles mandado parar ambos estaría muy cerquita de Nibali, y eso también lo podría haber aprovechado el Sky para poner en jaque la carrera. No lo han querido hacer y se han centrado en Wiggins como única baza, algo que, independientemente del resultado final, es un error. Quizá Wiggo acabe ganando el Giro, pero las posibilidades que le abre al equipo tener a más corredores en la pomada, es algo que no deberían haber dejado pasar tan a la ligera. 

Así las cosas, el trío de corredores que partían como grandes aspirantes para llevarse el Giro sigue siendo el mismo: Nibali, Wiggins y Scarponi. La diferencia es que Wiggins ha perdido el cartel de máximo favorito en favor de Nibali. Sin embargo, ni mucho menos está todo dicho. Es cierto que el siciliano tiene referencias muy sólidas en el pasado, como la victoria en la Vuelta 2010, pero también se ha visto superado tanto por Wiggo –Tour 2012– como por Scarponi –Giro 2011–. La llegada de la alta montaña nos sacará de dudas, y será quien acabe de definir la maglia rosa de un Giro que, como de costumbre, está respondiendo a las expectativas.

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