En la apuesta clara de Vicente Del Bosque por transportar, en la
medida de lo posible, el modelo Barça a la selección española, el
salmantino tomó una decisión tan clave como discutida: jugar con
Fàbregas como "falso nueve".
El de Arenys era el único jugador de la selección española que podía
tratar de emular (salvando las distancias) al grandísimo Lionel Messi.
Así lo vio Del Bosque desde el principio, y por ello eligió la opción de
dejar a tres "nueves" referentes (Torres, Llorente y Negredo) en el
banquillo a cambio de jugar con Cesc por delante.
El debut del sistema, frente a Italia, no fue todo lo exitoso que se
hubiera querido. Se cosechó un empate a uno después de un partido muy
igualado contra un rival que, a priori, no estaba entre los favoritos.
Entonces, mucha gente del mundo del fútbol se subió al carro de las
críticas, poniendo en entredicho el sistema del "marqués" Del Bosque.
Uno de los que más fuerte tiró del mostacho del seleccionador, fue el
actual entrenador del Real Madrid, José Mourinho. Tras aquél empate
ante Italia, el portugués no tuvo inconvenientes en criticar el sistema
de "La Roja" con dureza: "El continuo toque entre Xavi, Iniesta y
Fàbregas resulta inútil si no creas peligro a Buffon".
Entre otras perlas, el luso calificó el juego de España de "estéril" y
aseguró que el esfuerzo de sus centrocampistas era inútil sin un
atacante delante.
El bueno de Del Bosque siguió fiel a su criterio y en la final de
Kiev, nuevamente contra italia, volvió apostar por el mismo once con el
que inició su andadura europea. El recital de fútbol dado por los "locos
bajitos" culminó con la mayor goleada en una final de Eurocopa (4-0).
Todos aquellos que entonces criticaron, ahora restan callados,
escondidos. Han sido silenciados mediante la armonía futbolística
orquestada por Del Bosque y dirigida por Xavi e Iniesta. Mientras
Mourinho permanece en silencio, Vicente Del Bosque se ha convertido en
el primer técnico de la historia del fútbol en conquistar Mundial,
Eurocopa y Champions.
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