Barcos fondeados en Sant Antoni | Foto: Víctor Malo |
Un ejército de barcos fondeados en la bahía de
Sant Antoni, es decir, anclados en mitad del agua sin pagar amarres, sin
estar sometidos a control alguno, se han convertido en protagonistas
por la diversidad de problemas que plantean, según denuncia la gerente
de la Estación Náutica de Sant Antoni y Sant Josep, Judit Gargallo.
Por un lado, comportan una competencia ilegal «tremendamente abusiva»
para las pequeñas empresas que ejercen actividades acuáticas en las
playas de Sant Antoni. Estas empresas tienen que pagar puntos de amarre
en algunos casos (sobre 3.000 euros al año) o concesiones de ‘sky’ en
otros (alrededor de 6.000 euros), además de una serie de tasas
impositivas como el IVA (que pasará a ser de un 21% en los próximos
días), el Impuesto de Sociedades, la Seguridad Social de sus
trabajadores, las tasas por inicio de actividad, y todo lo que comportan
los cursos de patrón de barco, supervivencia, socorrismo y contra
incendios. Unos gastos que los grupos ilegales evaden, pudiendo ofrecer
unos precios mucho más competitivos a sus clientes y obteniendo unos
márgenes de beneficios mayores.
Lagunas
Es complicado pedir cuentas a estas empresas ilegales que viven de
repartir publicidad por las playas, ya que la regulación actual tiene
demasiadas lagunas que son aprovechadas por estos ‘piratas’. Según Judit
Gargallo, gerente de la Estación Náutica de Sant Antoni y Sant Josep,
no está muy claro de quién es la competencia a este respecto. Por un
lado está la autoridad portuaria, por otro la Demarcación de Costas, y
además los ayuntamientos de Sant Antoni y Sant Josep. El problema es que
ninguna de estas instituciones lleva a cabo control alguno sobre los
barcos fondeados, según explicó Gargallo. Pero, en el caso de que lo
hiciesen, «se encontrarían son un sinfín de trabas jurídicas». La
principal, el acceso a los barcos, ya que si el patrón no está no se
puede entrar en ese embarque, y en caso de que sí que se encuentre a
bordo, él decide si deja entrar a la policía.
Por otro lado, comportan un riesgo importante, ya que estas
embarcaciones ilegales mantienen una tensión competitiva con las
empresas reguladas que cada día va a más, y que ha derivado en el hurto de motores de lanchas, en lanzamientos de botellas contra los comerciantes que están regulados e incluso en intentonas de quemar sus barcos.
Un barco que realiza actividades de forma ilegal en la bahía de Sant Antoni |
Sin control
Otra traba llamativa es la que comporta el fondeo en sí mismo. Al
haber tantos navíos en la bahía de Sant Antoni, es prácticamente
imposible tener un mínimo control. Primero, porque el fondeo no es
ilegal. Lo que es ilegal es llevar a cabo actividades con ánimo de lucro
sin permiso para ello.
Además, en la bahía de Sant Antoni también existen las denominadas
‘chabolas marinas’. Se trata de barcos semi abandonados o abandonados
del todo, que llevan años fondeados, y que no hacen más que verter
basura al mar. De hecho, algunos de estos barcos están ocupados por
gente que a sabiendas de su abandono los utiliza como vivienda. Pero los
inconvenientes no terminan aquí. El tráfico de embarcaciones hace que
los ferrys tengan que improvisar las rutas de salida y entrada del
puerto a costa de ir esquivando navíos.
Sin duda alguna, y según explica la gerente de la Estación Náutica de
Sant Antoni y Sant Josep, «nos encontramos ante una problemática muy
importante que requiere actuaciones cuanto antes».
*Este texto ha sido redactado para el diario Última Hora de Eivissa.
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