El clásico

Mañana vuelve el evento deportivo ibérico más visto del mundo. El partido de partidos. El cruce de caminos entre los eternos enemigos. La rivalidad insuperable. El clásico. 

Han habido (y todavía los hay) mcuhos clásicos, tanto en la historia del fútbol como en la del deporte. Aunque la terminología "clásico" sea más propia del denominado deporte rey, la rivalidad llevada hasta el límite se ha podido ver en el boxeo (Muhammad Ali - 'Smokin Joe' Frasier), en la NBA (Lakers - Céltics), en el tenis (Sampras - Agasi) e, incluso, en el ajedrez (Karpov - Kasparov). Duelos históricos llevados a su máxima expresión. Competición en estado puro. 

Hoy en día todavía encontramos importantes archienemigos deportivos. El trío de tenistas que conforman Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic, son el más claro ejemplo. El respeto y admiración fuera de pista entre Nadal y Federer, se torna en la rivalidad más exigente durante sus lances. Sin duda, los más épicos de la última década. Actualmente Djokovic le ha cogido el relevo a Federer, y está haciendo pagar a Nadal todo lo que éste le "arrebató" al mejor de la historia. El último gran recuerdo data del pasado mes de enero. Tras 5 horas y 53 minutos de juego, la final del Open de Australia del 2012 se convirtió en el Grand Slam más largo de la historia.

Pero, sin duda, es el fútbol el que nos brinda los más grandes antagonismos deportivos. En Inglaterra deslumbra el Manchester - Liverpool, mientras que en Italia destaca el Milan - Inter, aunque, sin ir más lejos, en la propia Liga BBVA encontramos derbys ciudadanos o provinciales de máxima emoción, como son el Sevilla - Betis, el Deportivo - Celta, o el Athletic - Real Sociedad (una de las rivalidades más sanas y admirables habidas y por haber). También están cargados de sentimiento los duelos de Barcelona (Barça - Espanyol) y de Madrid (Real Madrid - Atlético), pero más por parte del aficionado que por los propios futbolistas, ya que la superioridad de los grandes merma mucho esa enemistad.

Lo que está claro es que el FC Barcelona - Real Madrid es la batalla de las batallas. Aquella que puede decidir una guerra. Y, si no lo podemos considerar el partido más prestigioso del año (porque ese papel suele pertenecer a la final de la liga de campeones), sin lugar a dudas es el más seguido, el que mueve más masas, el que traspasa cada vez más fronteras y el que más pasiones (y juramentos) levanta. 

Este sábado esperamos ansiosos una nueva edición del antagonismo más antagónico. Blancos y blaugranas afilan dagas, espadas y lanzas en la previa de un partido decisivo para el campeonato de liga. Un combate que enfrenta a los equipos más fuertes y poderosos del mundo, y que a su vez supone un sinfín de lances individuales tremendamente morbosos: Mourinho y Guardiola representan al provocador y al contenido. Cristiano y Messi, protagonistas del duelo de goleadores más legendario de la historia de nuestro fútbol, encarnan la fuerza y la destreza. Pepe y Puyol, el juego sucio contra la lucha constante y honesta. Ramos y Piqué, el mal perder contra la bravuconería. Casillas y Valdés, fenómenos bajo el arco. Xabi y Xavi, el orden basado en la potencia, y el orden basado en la elegancia. Di María y Alexis, cuchillos afilados que penetran las bandas sin piedad. Özil y Don Andrés, destellos de genio contra la genialidad personificada. 

La batalla entre la cartera y la cantera puede volver a poner en entredicho el millonario proyecto de Florentino, que pese a su aluvión de victorias nunca acaba de convencer al exigente público de Chamartín. Por su parte, las dudas y rumores sobre la marcha a final de año tanto de Mourinho como de Guardiola van cada vez a más y hacen de este partido un hipotético y posible último enfrentamiento entre ambos (y ya van 15, con éste) que tiene que ser a muerte. Y entre tanto dato, tanta emoción y tantas dosis de tensión prepradas, no olvidemos que hay pequeños héroes que pasito a pasito, y después de picar mucha piedra, siguen abriéndose hueco en los anales de la historia azulgrana. Es el caso de Xavi Hernández, que mañana se convertirá en el jugador que más partidos ha disputado frente al eterno rival a lo largo de los 112 años de existencia del Barça, con 32. Casi nada.