El pasado sábado se brindó un homenaje en el Camp Nou. Leo Messi, indiscutible mejor jugador del mundo, uno de los mejores jugadores de la historia, ganador de tres balones de oro consecutivos, obtuvo un merecido reconocimiento debido a la nueva gesta que ha protagonizado recientemente. Es el máximo goleador de la historia del FC Barcelona, en competición oficial. Con su último tanto, de penalti, frente al Athletic, el argentino alcanza la cifra de 236 goles.
Pero además de reconocerse con todos los honores al astro de Rosario, en el Camp Nou se produjo otro formidable homenaje. Un tributo al fútbol. FC Barcelona y Athletic Club de Bilbao se enzarzaron en una excepcional pelea por la posesión de balón, por llevar el ritmo del partido, por lograr la mayor precisión y calidad en el pase. Los datos hablan por sí solos: la posesión del Barça fue del 56% mientras que la del Athletic del 44%. Hacía tiempo que el todopoderoso FC Barcelona no se estaba tantos minutos sin tener el balón en sus pies, a pesar de salir vencedor de la contienda. Y menos en casa. La cifra máxima de posesión por parte de los leones, alcanzó un 48%.
Sin embargo, también hubo notas negativas que deben ser resaltadas. Para empezar, se trató de un partido que se veía inmerso en mitad de dos eliminatorias europeas de altísimo nivel. Por un lado, el Barça-Milan, que se decidirá este martes en el Camp Nou, después de terminar 0-0 en San Siro. Del otro, el Athletic-Schalke. Practicamente sentenciado gracias a la abultada victoria de los vascos en el infierno alemán, Gelsenkirchen. Vencieron por 2-4, pero supuso un enorme desgaste para los hombres de Marcelo Bielsa, que se vio obligado a prescindir de tres de sus mejores jugadores durante el primer tiempo en feudo culé. Ni Llorente, ni Munian, ni Ander Herrera participaron en la primera mitad. Con lo que, aquellos que aguardaban un anticipo de la Final de Copa del próximo 25 de mayo, se tuvieron que quedar con las ganas.
El duelo futbolístico fue limpo y bello, pero se caracterizó por ser un partido de circunstancias. El Athletic a penas tuvo una ocasión clara de gol, y en ningún momento dio sensación de peligro. Ambos equipos, especialistas en el juego de elaboración, inviertieron la mayor parte del tiempo precisamente en eso, en elaborar. Y las jugadas de peligro, la tensión y el espectáculo quedaron en un segundo plano. Salvo excepción del golazo de Andrés Iniesta. El técnico futbolista dio rienda suelta a una ira que pocas veces manifiesta, con un chut potentísimo por el centro. Imparable.
El estilo de juego que Marcelo Bielsa ha impuesto en su Athletic es, sin ningún tipo de duda, lo más parecido que se puede ver en toda Europa al Barça de Guardiola. Pero tanto Bielsa como el propio Pep tienen muy claro que su verdadero enfrentamiento es dentro de dos meses... y será en el Vicente Calderón donde este par de idealistas del fútbol muestren sus mejores cartas. A buen seguro que lo que veremos allí, no tendrá nada que ver con el partido del sábado. La batalla se prevé apasionante.
Foto: Asier Sanz (http://blogs.deia.com/athletic-risas-club/) |
Grande Victor!!!Lo daremos todo en la final, no lo dudéis!
ResponderEliminarEso espero... Sé que nos costará ganar mucho más que en la final de hace 3 años. Pero seguro que será un partidazo ;)
ResponderEliminar