jueves, 29 de marzo de 2012

Tarantino se pasa al 'Spaghetti'

 

Cada vez queda menos... El regreso del maestro es inminente... Y como no podía ser de otro modo, llega con sorpresas. Quentin Tarantino está ultimando los detalles de su última película, Django Unchained, cuyo estreno está previsto para las próximas navidades. Nada de gángsters, boxeadores o matones de barrio de los '80. Tampoco vuelve a ninguno de los múltiples registros que ha acariciado el singular director. Pero, sin duda, contará con los ingredientes básicos para fabricar un producto cien por cien tarantiniano. Si en su última película nos trasladaba a una historia imaginaria situada en plena Segunda Guerra Mundial, donde un grupo de mercenarios violentos ponía patas arriba al ejército de la Alemania Nazi, esta vez no parece que vaya a bajar el listón. Nos aguarda un Spaghetti Western con todas las de la ley. De los de antes. 

Con un reparto nuevamente de primer nivel (Jamie Foxx, Leonardo DiCaprio, Cristoph Waltz, Samuel L. Jackson o Kurt Russell) y con dos descartes de lujo (Will Smith y Kevin Costner, por motivos que no podemos asegurar), Tarantino presenta Django Unchained, una historia de esclavitud en la que un caza-recompensas alemán que 'rescata' a delincuentes de manos de la justicia para después matarlos, libera a un esclavo y le ayuda a buscar a su esposa, también esclavizada, para ponerla a salvo de la opresión a la que es sometida por parte de su amo.

Reconocido seguidor hasta la saciedad del cine oriental durante su infancia, Tarantino tira en este caso de otras referencias que le marcaron, y se agarra a la película italiana Django (1966), de Sergio Corbucci. Dicho film también le sirvió de inspiración en su ópera prima oficial, Reservoir Dogs, ya que es el origen de la famosa escena de la oreja rebañada al policía secuestrado. Igual que hiciera con Malditos Bastardos, copiando el nombre americano de la también película italiana Aquel maldito tren blindado (film de 1978 que en EEUU fue titulada como Inglorious Bastards) para la suya, a modo de homenaje; en el caso de Django Unchained, Tarantino unicamente recupera el personaje principal de la cinta italiana, sin tener nada que ver los argumentos de uno y otro film. 
 
Cabe señalar que es habitual en Tarantino usar clichés y momentos de otras películas que le marcaron para enriquecer las suyas y, de hecho, cuando le han acusado de plagio, el provocativo director tranquilamente ha contestado que le encanta robar ideas de cada película que ve.

Sin embargo, como decíamos, este no sería el caso. El argumento de Django (de 1966) se aleja del de la nueva película de Quentin Tarantino aunque, curiosamente, sí cuenta con un remake japonés en el que nuestro metódico director americano participó como actor: Sukiyaki Western Django (dirigida por Takashi Miike en 2007). Una película cuyo argumento me ha recordado, irremediablemente, a dos obras maestras del cine japonés de samuráis: Yojimbo (El mercenario), del maestro Akira Kurosawa (1961) y Zatoichi (2003) de otro genio más actual, Takeshi Kitano, que además de dirigir, interpreta a un habilidoso espadachín ciego. Pero esta temática daría para hacer un nuevo artículo... así que lo dejaremos para otra ocasión.

En fin, un nuevo proyecto cargado de anécdotas y curiosidades que nos lleva de un lado al otro casi sin darnos cuenta y que, desde luego, promete acción, humor, violencia, buena música, sangre, mejor fotografía... y un sinfín de sensaciones apasionantes que pocas personas son capaces de trasladar al espectador a través de una pantalla con la solvencia con la que lo hace Quentin Tarantino. Apuesto a que la ansiosa espera valdrá la pena.

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