viernes, 26 de octubre de 2012
Ferrero, un talento infinito contra la adversidad
La eterna promesa, Juan Carlos Ferrero (Ontinyent, 12 de febrero de 1980), se despide. Un tenista de infinito talento que hizo soñar al aficionado español a principios del nuevo siglo, y que se fue diluyendo al tiempo que emergía el verdadero 'mesías' del tenis español, Rafael Nadal.
Ferrero lo tenía todo para triunfar en el mundo del tenis. Técnica depurada, velocidad, clase, precisión y un excelente golpeo. Sin embargo, el meteórico ascenso que empezó a protagonizar entre 2002 y 2003 se vio truncado de manera sorprendente. El virus de la varicela y un estado físico resentido después de dos años al máximo nivel, le relegaron a un segundo plano que se ha mantenido hasta el día en que ha anunciado su despedida.
La Davis, Roland Garros y el número uno mundial
Tal vez, la mayor carencia de Ferrero es que adolecía de una fuerte mentalidad competitiva. La gran virtud del mejor tenista de la historia del tenis español, Nadal, fue el principal defecto del 'Mosquito', que estaba llamado a colocar España en lo más alto del panorama tenístico mundial.
Ferrero cogió el testigo de Àlex Corretja y Albert Costa, y puso el listón más alto. Junto con Carles Moyà, el valenciano llevó la raqueta española a la excelencia, y entregó una Copa Davis al país (año 2000) con una actuación decisiva, aunque conquistó otras dos (2004 y 2009). A título personal, puede presumir de haber sido número 1 del mundo y de haber ganado un total de 16 títulos. Entre ellos, un Roland Garros, el Grand Slam que había soñado levantar desde su niñez.
Una despedida anticipada y dolorosa
Diez años después de su época de esplendor, Ferrero anuncia su retirada. Lo hace entre lágrimas, dolido por no haber podido dar más de sí. En buena parte, por culpa de las lesiones sufridas en los últimos tiempos. "Las lesiones son parte de mi carrera, está claro que en algunos momentos ha habido lesiones que sí que han sido importantes y no me han dejado dar mi máximo, pero son parte de la carrera de un jugador, que no se pueden controlar. Tal vez sí que han influido pero me quedo con todo lo bueno", ha explicado el tenista valenciano.
Lo que más echará de menos es competir. Así lo ha asegurado Juan Carlos Ferrero: “La competición es para nosotros el pan nuestro de cada día. Será un vacío bastante difícil de llenar en esta nueva vida que voy a llevar a partir de final año”.
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